



BEASTS OF NO NATION
El cine nace como expresión artística, con los años gana popularidad y se convierte en entretenimiento. Al ser un fenómeno tan masivo, está obligado naturalmente a dejar mensajes a todos los que estén dispuestos a escucharlos.
Dentro de la vorágine cinematográfica en la que estamos hoy en día, hay para todos los gustos, desde realidades soñadas con personas perfectas, súper héroes fuera de serie, historias de la tierra, del espacio y como en el caso de la película que nos compete hoy, desde dentro de la terrible jungla de alguna parte del oeste Africano donde la brutalidad, la furia, el sincretismo espiritual y la lucha de poder hace que los implicados en la historia se conviertan en unas auténticas bestias de una zona sin ley… de ninguna nación.
“Bestias de ninguna Nación”, es una película del 2015 dirigida por Estadounidense Cary Joji Fukunaga, mente maestra detrás de “True Detective” y “Jane Aire” quien basado en la novela homónima, nos relata la historia de Agu, un niño que vive en un país del continente Africano y tras perder a su familia, es reclutado por una guerrilla que pelea en medio de una guerra civil.
En medio de diálogos al ritmo de rap, personajes pintorescos al borde de la caricatura, que disfrazan la miseria y la crudeza de la situación que describen. Cosa que todo el reparto de la película sabe expresar sin problemas, al límite de incluso pensar, que no son extras de una película, sino personas luchando por sus derechos en plena y auténtica guerra civil.
Mucho ya se habla del joven Abraham Attah, quien protagoniza la cinta y ha estado más que alabado por la crítica, considerado en las nominaciones junto a las figuras del momento, lo que considero merecido solo a medias, porque a mi manera de ver toda el peso de la película cae sobre Idris Elba, un actor que se ha mostrado polifacético y de carácter, al que vale la pena seguir su trayectoria.
La música, las secuencias de acción, los exteriores, los juegos de colores que se muestran en esta película, más los cambios de foco y un plano secuencia que se cuela por allí, le dan una dinamismo a la película que da una sensación de cine guerrilla y de gran producción simultáneamente.
Bestias de ninguna nación es una pieza de cine, dinámica, colorida, tremendamente actuada, que habla de un tema muy actual en cualquier frontera, que cuando termina y la imagen va a negro, no puedes ser el mismo, como si la guerra no hubiese pasado en la pantalla, sino que fuiste tú allí, en medio de la nada, luchado por una causa muerta. Convirtiéndote sin más en un monstruo.
Francisco J. Blanco.
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